jueves, 16 de julio de 2015

Nunca es tarde si la dicha es buena.

¡Hola otra vez! Quiero dar las gracias por las oraciones, no es por cumplir, se están notando de veras. Dicho esto vamos a recopilar el día de ayer, 16 de Julio de 2015. Celebramos a la Virgen del Carmen, patrona de Chile, por eso fuimos a una capilla dedicada a esta advocación. Está ubicada en una comunidad rural en "Huincacara" que nos han dicho que significa "cara de extranjero" así que sin saberlo era un sitio apropiado para nosotros. Fuimos cómo tantas veces en el coche sin saber qué es lo que nos deparaba. Nos dirigíamos por un camino que la señal nos indicaba. Continuamos por el camino viendo el paisaje. Avanzamos por el camino preguntando a la gente donde estaba la capilla. Seguimos...y seguimos...y seguimos...y nos encontramos con la nieve. Empezamos a sospechar que nos habíamos perdido y efectivamente, nos habíamos perdido. Sin cobertura y con la nieve bajo las ruedas. Ya con poca esperanza de encontrar la capilla regresamos por el mismo camino volviendo a preguntar a alguna persona que encontramos. Nos indicaron que podía haber una capilla en unos cuantos kilómetros. Y en un momento uno de nosotros vio un cartel pequeño que casi se caía y SÍ era la capilla de la Virgen del Carmen. Ya nos desviamos y llegamos a nuestro destino.


Nos habíamos retrasado casi una hora. Entonces entramos en la capilla y allí encontramos a toda la comunidad esperándonos. Esto fue una lección de paciencia para nosotros. Ya dentro empezamos la celebración y no solo era una eucaristía sino que también celebramos el bautizo de un niño que se llamaba Daniel. Este pequeño ya no era un niño cualquiera, ya era hijo de Dios y por eso aunque llegáramos tarde al bautizo nunca es tarde si la dicha es buena. Fue una gran alegría poder compartir este momento tan especial para la comunidad. 
Nos acogieron desde el primer momento con mucho cariño y pudimos observar que era gente sencilla pero que vivía la fe con mucha naturalidad y alegría. Más tarde fuimos a la parte trasera de la capilla y tuvimos un compartir fraterno. Uno se da cuenta, paradójicamente, que por lo general el que menos tiene es el que más da y el que más tiene menos ofrece. Se aprende que lo importante no es tener mucho sino ofrecer lo que cada uno puede, y al mismo tiempo, que lo importante en una comunidad es cuidarse el uno al otro, conocerse, preocuparse, trabajar para que la comunidad crezca y rezar unos por otros. 
Esto se podía ver con algunos ejemplos: Una mujer de la comunidad cedió el terreno para que se pudiera construir la capilla y no solo eso sino que todos ellos construyeron  la capilla para las celebraciones. Me ha llamado la atención que el papel del laico es mucho más activo ante la necesidad de sacerdotes. Cuantas veces desaprovechamos el tener misa todos los domingos, cuantas veces desaprovechamos el tener más sacerdotes que esta comunidad. Aquí sólo pueden tener una misa al mes y caminan kilómetros para llegar a ella. Sinceramente estoy aprendiendo mucha de la fe de estas personas. 
Otra vez se puede decir que “hay más alegría en dar que en recibir” (Hch 20, 35).

#MisiónChile2015