¡Hola queridos lectores! Otra de las actividades que tuvimos
en las misiones fue visitar algunos colegios. Uno de ellos se sitúa en Teodoro
Schmidt. Nos informaron cuántos jóvenes había, el contexto del barrio, etc. Una vez allí nos enseñaron el colegio y nos dividimos en grupos para ir a todos
los cursos. Estuvimos compartiendo en un diálogo nuestro testimonio de fe y
nuestra experiencia de misionero. Seguidamente respondimos a unas preguntas que
nos hicieron y entonces salieron al patio donde se reunió todo el colegio. Allí
se juntaron jóvenes de todas las edades y el Padre Charlie expuso una pequeña
reflexión. Al final se propuso que cada uno escribiera sobre algo o alguien que
quisiera para que nosotros rezáramos por esa intención. Esta visita, que apenas
duró dos horas, sirvió para que muchos jóvenes vieran una Iglesia viva y joven
de la que muchos no tenían conocimiento.
Vivimos un momento bonito ya que muchos jóvenes confiaron a
nuestra oración problemas personales en su papelito. Muchos de ellos manifestaban
una gran sed de Dios. A veces pensamos que los más jóvenes no tienen sed de
Dios porque no lo manifiestan abiertamente pero uno se puede encontrar con
sorpresas. Además, pudimos observar que lo que
nos une no es el país, la cultura, la raza…lo que nos une es el Señor. Así se
manifestó la Iglesia universal de la cual participamos todos.
Ese mismo día por la tarde tuvimos una pequeña excursión
con el colegio de Humanidades de Villarrica. Salimos en autobús a un pequeño
cerro situado en Pucón. Subimos el cerro rezando el via crucis y llegamos
arriba donde nos esperaban las hermanas franciscanas capuchinas. Tuvimos un
pequeño rato de oración y más tarde fuimos al locutorio a saludarlas. Un pequeño
tiempo en el que se pudo percibir el afecto que tienen estas hermanas por estos
jóvenes.
¡Recemos por toda la Iglesia universal!
¡Recemos por los jóvenes para que que se encuentren con el Señor y esa fuerza que tienen vaya dirigida a evangelizar!